martes, 30 de abril de 2013

Cómo hacer un nido de agaporni

Aunque pueden alojarse en voladero provisto de varios nidos y si se consigue un cierto "statu quo" pueden criar en colectividad, estimo preferible el sistema de jaulón de cría individual de 1 m. de largo por 0'50 m. de alto y fondo, preferible del sistema de jaulón inglés cerrado excepto por el frontal, ya que su natural agresividad puede ocasionar problemas de lesiones, en especial arrancamiento de dedos o uñas, e incluso muertes. Y además, por que es la única forma de tener segura la composición de las parejas, de enorme interés a la hora de trabajar con las mutaciones.
El nido, abrochado exteriormente con alambre fuerte, debe tener una cierta amplitud (25 por 25 cms. de fondo por 20 cms. de altura), ya que gran parte del día y toda la noche el macho permanece en su interior junta a la hembra.
El material de construcción del nido está constituido por ramitas, viruta de madera, lana, pelo de cabra, etc., con el que rellenan prácticamente todo el interior incluso alguna especie fabrica un túnel de entrada , que aparte de la protección garantiza el mantenimiento de un cierto grado de humedad imprescindible tanto para el desarrollo como la eclosión. Incluso cuando hay gran sequedad ambiental es recomendable durante la última semana de incubación pulverizar con agua los huevos un par de veces al día. Ya, como un auténtico virtuosismo, hay un tipo de nido inglés, cuyo diseño reproduzco, provisto de un doble fondo para colocar en el interior una bandejita con agua cuya evaporación mantiene el grado de humedad deseado.
La construcción del nido es llevada a cabo por ambos componentes de la pareja que cosa curiosa transportan el material bien en el pico o bien colocándolo previamente entre las plumas de la rabadilla, según las especies, con una cierta rapidez. La hembra deposita en su interior de tres a siete huevos (el promedio suele ser de cinco o seis) que incuba ella sola, aunque ya hemos indicado que gran parte del tiempo el macho la acompaña en su interior, durante 23 o 24 días. Después de su nacimiento, los pequeños permanecen en el nido durante unos 40 o 45 días, tardando después otros 8 o 10 en ser independientes y comer solos, momento en que deben ser separados de los padres para evitar problemas de agresividad. La alimentación de los pequeños es igual que la de sus progenitores.

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